Una
leyenda muy antigua cuenta sobre un oscuro personaje que se dedicaba a robar y
asaltar a los parroquianos de Cayma. Un día, con tal de conseguir sus
deshonestos propósitos, llegó al asesinato de una muchacha, y mientras iba
huyendo, en una vieja carreta en donde había escondido todo lo conseguido fruto
de sus fechorías, tomó el camino con destino a lo que hoy es el puente Juan
Pablo II, antes conocido como Puente del Diablo, donde se dice no existía tal
depresión de terreno, y mientras iba consumando su evasión, maldiciendo a sus
perseguidores y burlándose de Dios mismo; de pronto ¡el mundo se vino abajo!,
se abrió la tierra y se tragó al desdichado junto con la carreta y los caballos
que lo guiaban; inmediatamente se cerró el lugar y sólo quedó una pequeña
depresión o "lloclla" que es la que hasta hoy subsiste.
lunes, 1 de junio de 2015
El Puente del Diablo
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